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miércoles, 22 de enero de 2020

Inmensidad


Retumban acordes, uno y otro y otro.

Y caen lágrimas, una y otra y otra.

Y a veces la inmensidad se hace demasiado intensa.
Y aquí algo tiembla, y yo tirito de intensidad.

Nunca se desdibujó el horizonte, pero me empeñé en verlo siempre vacío. Y entonces, entre lo inmenso que es el mar y las olas, cambió la perspectiva. Y hay tanto miedo en tantos versos, tantas historias que nunca pensamos contar en estos cuerpos.

Yo quise correr, huir.
Esta vez algo me pidió que me quedara, a pesar del riesgo de permanecer demasiado tiempo en el mismo sitio, en el mismo cuerpo o en la misma cama. A pesar de ver pasar trenes o subirse, sin saber cuando va a ser el último.

Y solo a veces, hay un pequeño espacio y uno encuentra su lugar. Aunque no esté en ningún punto cardinal, ni en ningún punto geográfico concreto; simplemente sea el cobijo de unas costillas, el roce de una piel, o un amanecer.

Y por una vez lloré, temblé y me desvanecí; y esta vez no fue por miedo, fue por miedo y por amor.

sábado, 11 de enero de 2020

Es invierno, es enero.


Es enero y afuera hay escarcha; cae helada aquí dentro sobre mi espalda.
Avalancha de este frío que cala hasta las venas, tiritando por las marchas, por la distancia y el tiempo entre los cuerpos.
Tengo invierno en los bolsillos.

Es enero y ahí afuera aún no amanece, es enero y es de noche; y aquí dentro nace inspiración entre las oscuridades.
Llegará la revancha del calor, renaciendo por la vuelta, por acortar distancias y la revuelta entre los cuerpos.
Tengo verano en los sueños.

Es enero, pero saldrá el sol ahí fuera; solo madruga un poeta que se consume aquí dentro y necesita llorar todas sus ansias inquietas. Para cuando fuera haya luz, ya habrá quedado apagada y tranquila su sed de poesía y de letras.
Acecha el hielo por los suelos, agrieta los recuerdos y sin embargo los deja intactos, permanentes; no había tiempo para separarse ni distancias que quebrasen a los cuerpos.
Tengo helados y perpetuos algunos momentos.

Es enero, y saldrá el sol ahí fuera; solo aquí dentro queda rastro de la madrugada. Se levantará el mundo y yo seguiré escribiendo.
Tengo versos que hablan de estos cuerpos.