Lo efímero se escapa y en el proceso avanzamos ciegos, hacia
un abismo que tarde o temprano ataca. Es como estar en la cima y que el mismo
peso de tu cuerpo venza arrojándote al vacío, del todo al nada en un segundo
agotado en el hastío. Equivalente al soñador que quiere vivir lento, follar
duro y amar intenso…y sin embargo…solo le queda la esperanza y la bebida, para
debatir con la botella si a su locura conduce o si le dirige ella.
¿En qué nos hemos convertido? Mira mundo donde has ido, te
han destrozado y hundido, esos los capitalistas con su repugnante poderío; te
han destrozado y hundido con la horrible pantomima de su repugnante
capitalismo. ¿Cómo llegamos a esto? ¿En qué nos hemos convertido, gente?
Si hoy se teme a despegar la mirada del cuerpo propio, y la
empatía es la utopía de occidente; si nuestro alrededor está podrido y han
hecho de la política una basura incoherente. Si la lucha está paralizada, si os
tienen comida la mente. No me dais pena pobre gente, si le laméis el culo y
luego os quejáis de VUESTRO presidente. Si ya no hay libertades ni derechos,
ciudadano de tercera a cumplir con los deberes. Si la unión era la fuerza y ya
no existen enlaces… yo creo en la clase obrera, con sus martillos y hoces como
el soñador aspiraba a vida, musas y goces; tan solo encontró locura que hoy le manipula
y le conduce. Es como la bella utopía que prometen hoy en día, cuando ya no hay
empatía, ni lucha, ni fuerza, ni gente; de esa que apuesta su vida a costa de
que el futuro sea decente.