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viernes, 29 de diciembre de 2017

¿En qué nos hemos convertido?

Lo efímero se escapa y en el proceso avanzamos ciegos, hacia un abismo que tarde o temprano ataca. Es como estar en la cima y que el mismo peso de tu cuerpo venza arrojándote al vacío, del todo al nada en un segundo agotado en el hastío. Equivalente al soñador que quiere vivir lento, follar duro y amar intenso…y sin embargo…solo le queda la esperanza y la bebida, para debatir con la botella si a su locura conduce o si le dirige ella.
¿En qué nos hemos convertido? Mira mundo donde has ido, te han destrozado y hundido, esos los capitalistas con su repugnante poderío; te han destrozado y hundido con la horrible pantomima de su repugnante capitalismo. ¿Cómo llegamos a esto? ¿En qué nos hemos convertido, gente?
Si hoy se teme a despegar la mirada del cuerpo propio, y la empatía es la utopía de occidente; si nuestro alrededor está podrido y han hecho de la política una basura incoherente. Si la lucha está paralizada, si os tienen comida la mente. No me dais pena pobre gente, si le laméis el culo y luego os quejáis de VUESTRO presidente. Si ya no hay libertades ni derechos, ciudadano de tercera a cumplir con los deberes. Si la unión era la fuerza y ya no existen enlaces… yo creo en la clase obrera, con sus martillos y hoces como el soñador aspiraba a vida, musas y goces; tan solo encontró locura que hoy le manipula y le conduce. Es como la bella utopía que prometen hoy en día, cuando ya no hay empatía, ni lucha, ni fuerza, ni gente; de esa que apuesta su vida a costa de que el futuro sea decente.


domingo, 17 de septiembre de 2017

Vida y tiempo.

Tiempo, que no perdona y mata; que no cura y no sana. Algo que se aprende como gaje del oficio, o como consecuencia del paso… de la vida. Esa que pasa, que pesa que pisa mientras uno se resigna. Aprender a tragar, asentir, aceptar. Y una mierda… aprender a callar, pero a callarles esas bocas ajenas que solo escupen bazofia; y romper esquemas. Simple, sencillo y fino como el borde del vinilo que reproduce bombo y caja de fondo. Sonando paralelo a nuestro mundo de ignorantes que no escuchan ni una letra protestante, que no leen ni un verso que proyecta la realidad que ven, pero que se niegan a observar. Caja tonta que os atrofia la cabeza, mundo inculto que se doblega a los pies de la realeza, putas y lujos que sacan de una parte del salario que el que curra no recibe. El individualismo va a matar al ser humano pero sigamos mirando nuestros pies que ya nos toparemos con los muros que delimitan a la patria de cada cual, ya que no somos personas sino españoles, franceses, húngaros, estadounidenses, mejicanos o sirios. Y ahora sonreírle a vuestra bandera y sentiros orgullosos que la vida pasa y pesa… y pisa y cuando estéis en la caja de la muerte ya será tarde para levantar el puño y luchar.

Y ya no hablemos del amor, si estamos en tiempos de odio. Amor líquido que decía Bauman y que generoso, si el toxicismo apesta en las nuevas generaciones. Si solo confío en el amor propio y también me lo destrozaron. Cortar alas, poner sogas y tirar para apretar, ahogar poco a poco. Supone escapar a tiempo o morir en el intento y después… a seguir la vida que pasa que pesa y que pisa, huyendo, por miedo a que te pisen, te pasen por encima y te pese toda la culpa cuando tú solo buscas querer y dar. Con una venda en los ojos y otra en la boca y los pies puesta por el otro. Y eso, que el tiempo corre pero no cura como decían, porque este cabrón discurre pero el daño nunca se esfuma y el miedo irradia con la rabia. Por mucho que la raja de un cuchillo cicatrice siempre dará escalofríos recordar como la hoja afilada atravesaba la piel. y por ello perder la fe en el mundo y ponerla en uno mismo, porque quererse es el pilar fundamental de una libertad que todo tu alrededor intentará arrebatarte.